
Nunca me gustaron las alturas, aunque alguna vez me anime a cruzar por el túnel de cristal de Parque Central en Caracas, estaba cubierto de papel, pero había pequeños espacios donde se había despegado y fácilmente podrías ver hacia abajo. Estaba acompañada de amigas de la universidad, hubo alguna que no se animo a pasarlo, yo si, pero me siguen temblando las piernas cuando subo al techo de mi casa.
Cuando mi hija me compartí las fotos del lugar donde estaba trabajando en Barcelona, España se me paralizo el corazón. Aquellas torres de alta tensión requerían mantenimiento y una inspectora que verificara que se hiciera correctamente.
Me envió el recorrido aquello parecía monte y culebra, metido a campo travieso y ella era la única dama. Yo le suplicaba por mensaje, si no había otra persona que subiera por ella. Yo le decía que era mi hija demasiado valiente, que yo no me atrevería a subirme allí. Ella me recordaba todos los cursos de seguridad en los que había estado y que tenia un buen arnés, que no daba un paso sin agarrarse a algo.
De verdad me alegre mucho cuando este trabajo finalizo, me preocupaba muchísimo además de ser una venezolana en España, al mando de un poco de un equipo de hombres que no les gustaba ser mandados por una mujer y menos una extranjera. A mi me pasaban mil cosas por la cabeza que nunca le comentaba.
En la imagen falta mucho de la torre hacia abajo, eran un montón de metros los que tenia que recorrer y ella quería hacerlo bien.
Pero allí me quedo este recuerdo donde mi corazón se ponía chiquito cada vez que la veo.
Esta es mi participación en el concurso Concurso TBT una foto una historia
