Pero confieso que no fue fácil. Momentos oscuros, como si la mismísima gravedad conspirara en contra con esas energías negativas que buscan apoderarse de tu mente y luego de tu cuerpo. Tocando el piso, encuentras un cerillo y lo enciendes, toda esa oscuridad, esas energías negativas desaparecen y con esa pequeña luz, pues, encuentras el camino.
Gracias por tu grato comentario. Un abrazo en la lejanía. Bendiciones.