A mí lo que más me ha funcionado en ese sentido es mantener una clara distinción entre el mundo digital y el mundo real. Para mí las redes son un medio para un fin, y evito como a la peste el darles más tiempo del que requiere el logro de mis objetivos.
También está el hecho de que por ejemplo, X me ha bloqueado ya dos cuentas, una en el proceso de crearla, y la otra después de publicar un tweet. En realidad no sé qué "actividad sospechosa" es la que encontraron, pero me importa cada vez menos. Si no quieren mis publicaciones, bueno la realidad es que tengo otros gatos que azotar.
Quizás por eso para mí tienen un impacto bien reducido en la estabilidad emocional y sobre todo en la visión que tengo del mundo que me rodea.