Saludos @garybilbao.
Que bueno que te atreves a cuestionarlo todo, viva la rebeldía, salgamos de la caja, y veamos porque no encajamos en el molde. Somos tan parecidos, pero diferentes, que mientras unos se acomodan en la uniformidad y encajan como tacos de Lego, hay momentos en que quieren escapar y no es tan fácil, hasta traumático. Otros expresan sus diferencias e individualidades en su juventud, para terminar viviendo como tantos otros.
Una anécdota de cuando tenía 10 u 11 años: Durante una reunión familiar, mis padres y tíos conversaban, mientras nosotros jugábamos, y mi primo algo mayor, llamado Vicente, expreso su deseo de cambiarse el nombre, es posible que hubiera sufrido con algún chiste en relación con su nombre, aunque no lo dijo. Todos callaron y mi abuela, para quien era su favorito, le pregunto: ¿Cómo quieres llamarte? Y respondió ufano: Como mi padre, Florindo.
Todos rieron y no se habló más del asunto. Hoy Vicente tiene 66 años y Florindo 92 y sospecho que ya ni se acuerdan del asunto.
En cuanto a todo lo demás, puede ser tema para otra publicación.
Un abrazo.