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[English Version] I used to see life as something that I would just come in, do whatever I like and get a piece of my cake back.
Never felt so deep in thought that life has it own of speaking to humans.
As a child, I had many dreams of getting married before age twenty-seven.
So I took my studies so seriously without letting anything distract me.
I so much believe in everything I do, that I started feeling that life is just in my palms.
That I could just wake up one morning to let it know what I wanted and in a jiffy get all I requested.
Of a truth, as the ship of life continues to sail, my mind and sense also grows alone side.
Then I begin to see the issue of life, that it is not how we destine it on our own that it works.
Maturity, started coming in, everything started changing.
The meaning of life as a child and its consequences, meaning of life, now my adulthood, begins to narrate the life story in its space.
My intention, views about life, my environment, and people around me begin to change.
Shifting from my childish thinking to a more rational thinker. I pick up a heart of a philosopher as I grow older.
Because things are not the same, sometimes we think that we totally decide what life will do with us or how we should deal with life.
Not so bad ideology, to think in that manner. Expressing our views on life and aspirations.
Now that I am grown, I remember the Proverbs that my dad used to say;
A child who is being told a story and still wants the story to be interpreted to him is a fool
Then I would sit with my father in his hot, listening to his youthful stories tales.
With a prudent heart, I used to argue friendly with him sometimes, about his mistakes in life.
I remember telling him I wouldn't make such a mistake in one of the stories he told me.
Today, as I grow older, I see reason to think deeper than what my father had told me.
I see reasons why my father didn't interpret the meaning of the Proverbs he had told me.
Now I begin to see that wishes, they say, can be horses. No one tells me how to relate to my environment anymore.
The life experiences I learned from my father while I was still at home, is helping me now to sharpen my views on life.
Issues concerning emotional matters, financial matters and social relates are more critical issues to handle.
Which never occurred to me at age 15 to 16 that life is difficult to do with.
Today I am in my twenties, relationship issues, friends, information overloads, everything is just coming into my ears.
I am left with self-censorship. No one tells me, guards me, or even sit me as my father did at 15 and 16 in his hot to tell me what life would look like.
Now I see the responsibility on my shoulder. Responsibility of thinking for myself, carrying my garage for myself, speaking up for myself, defeating my fears for myself and a lot more.
Didn't see this coming, the shift of the bar at the ball cut is becoming clearer now.
It is down on me, that what would make me a man is my personal abilities to take up my challenges.
No, when to apologize to people and when to say no. And not stoop so low, and answer to anyone's command frivolously.
Indeed, maturity comes with many responsibilities, I with deep emotions, I would feel like calling home.
But, shouldn't, I just stay back, letting them miss me is part of the journey.
It is what makes me mature, now I am beginning to see the reason my father had made some mistakes he made.
No one can totally see life to its fullest; hence we keep growing every day.
The maturity I carry now, is better, and bitter. My parents used to send me some pocket money.
Today, they deliberately do not even send me a dim anymore. I understand their standards, that's maturity.
I don't expect them to do so anymore at 23. You see, my life is sharp, things gets differently now.
Not because they really want to treat me bad. I was never lazy, but I thought life is what it is, just like a cup of coffee.
That then I would sip so frequently on the balcony with my dad, sometimes at his hot, listening for hours to his youthful stories.
Including those life stories of how he had made several adventures of love.
And how he had made too many advances at my mum before they got married.
So I thought life would just be as easy, as I heard him said to me.
I didn't perceive the influence of maturity on my youthful age, to my adulthood.
As the story grows in his mouth, I will finish a cup of my coffee and ask my mum to pure more in my cup, more especially on weekends.
Particularly on Saturdays when I am not going to school and don't have much load work to do.
I love those memories of my dad and me. He even told me the dirties of adolescent.
How I should approach a with more caution. He never asked me to be afraid of them.
I can still remember one of our sit out, in his hot, when he told me, if you see a woman, and have any feelings for her, go for her.
These memories have helped me and shape my way of thinking and how I feel, breath in the adulthood life.
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[Spanish Version] Solía ver la vida como algo a lo que simplemente llegaría, haría lo que quisiera y obtendría mi pedazo de pastel a cambio.
Nunca me había sentido tan profundo en pensamiento como para darme cuenta de que la vida tiene su propia forma de hablarle a los humanos.
De niño, tenía muchos sueños de casarme antes de los veintisiete años.
Así que tomé mis estudios muy en serio, sin dejar que nada me distrajera.
Creía tanto en todo lo que hacía, que empecé a sentir que la vida estaba en mis manos.
Que podría despertarme una mañana, decirle lo que quería y, en un abrir y cerrar de ojos, obtener todo lo que pedía.
Pero, en verdad, a medida que el barco de la vida continúa navegando, mi mente y mi sentido también crecen al mismo tiempo.
Entonces comienzo a ver el asunto de la vida: que no funciona simplemente como uno lo destina por sí mismo.
La madurez empezó a llegar, todo empezó a cambiar.
El significado de la vida cuando era niño, y sus consecuencias, el significado de la vida ahora en mi adultez, empieza a narrar la historia de la vida en su espacio.
Mis intenciones, mis puntos de vista sobre la vida, mi entorno y las personas a mi alrededor comienzan a cambiar.
Pasando de mi pensamiento infantil a un pensamiento más racional. Empiezo a adoptar el corazón de un filósofo a medida que envejezco.
Porque las cosas no son iguales, a veces pensamos que decidimos totalmente qué hará la vida con nosotros o cómo deberíamos tratar con la vida.
No es tan mala ideología pensar de esa manera. Expresar nuestras opiniones sobre la vida y nuestras aspiraciones.
Ahora que soy adulto, recuerdo los proverbios que solía decir mi padre:
Un niño al que le cuentan una historia y todavía quiere que se la interpreten es un tonto.
Entonces me sentaba con mi padre en su choza, escuchando sus cuentos juveniles.
Con un corazón prudente, solía discutir amigablemente con él a veces sobre sus errores en la vida.
Recuerdo haberle dicho que yo no cometería tal error en una de las historias que me contó.
Hoy, mientras crezco, veo razones para pensar más profundamente de lo que mi padre me había contado.
Veo las razones por las que mi padre no interpretaba el significado de los proverbios que me había dicho.
Ahora empiezo a ver que los deseos, dicen, pueden ser caballos. Nadie me dice ya cómo relacionarme con mi entorno.
Las experiencias de vida que aprendí de mi padre mientras aún estaba en casa me están ayudando ahora a afinar mis puntos de vista sobre la vida.
Los asuntos relacionados con temas emocionales, financieros y sociales son cuestiones mucho más críticas de manejar.
Nunca se me ocurrió, a los 15 o 16 años, que la vida sería difícil de enfrentar.
Hoy tengo veintitantos, problemas de relaciones, amigos, sobrecarga de información, todo llega a mis oídos.
Me quedo con la autocensura. Nadie me dice, me guía, ni siquiera se sienta conmigo como lo hacía mi padre a los 15 o 16 en su choza para decirme cómo sería la vida.
Ahora veo la responsabilidad sobre mis hombros. La responsabilidad de pensar por mí mismo, cargar con mis propios problemas, hablar por mí mismo, derrotar mis miedos por mí mismo, y mucho más.
No vi venir esto, el cambio del listón en la cancha ahora se está volviendo más claro.
Me doy cuenta de que lo que me hará un hombre son mis habilidades personales para asumir mis desafíos.
Saber cuándo disculparme con las personas y cuándo decir no. Y no rebajarme tanto ni responder frívolamente a las órdenes de cualquiera.
En verdad, la madurez viene con muchas responsabilidades. Con emociones profundas, a veces siento ganas de llamar a casa.
Pero, ¿no debería simplemente quedarme, dejar que me extrañen como parte del viaje?
Eso es lo que me hace madurar; ahora empiezo a ver la razón por la que mi padre cometió algunos de los errores que cometió.
Nadie puede ver completamente la vida en su totalidad; por lo tanto, seguimos creciendo cada día.
La madurez que llevo ahora es mejor, y más amarga. Mis padres solían enviarme algo de dinero de bolsillo.
Hoy, deliberadamente ya no me envían ni un centavo. Entiendo sus estándares, eso es madurez.
Ya no espero que lo hagan a los 23 años. Ves, mi vida es aguda, las cosas son diferentes ahora.
No porque realmente quieran tratarme mal. Nunca fui perezoso, pero pensé que la vida era lo que es, como una taza de café.
Que entonces sorbería tan frecuentemente en el balcón con mi papá, a veces en su choza, escuchando durante horas sus historias juveniles.
Incluyendo esas historias de vida sobre cómo había tenido varias aventuras amorosas.
Y cómo había hecho demasiados avances hacia mi mamá antes de casarse.
Así que pensé que la vida sería tan fácil como lo había escuchado de él.
No percibí la influencia de la madurez en mi juventud, hacia mi adultez.
A medida que la historia crecía en su boca, yo terminaba una taza de café y le pedía a mi mamá que me sirviera más en la taza, especialmente los fines de semana.
Particularmente los sábados, cuando no iba a la escuela y no tenía mucha carga de trabajo.
Amo esos recuerdos de mi papá y yo. Incluso me contó las suciedades de la adolescencia.
Cómo debía acercarme a ellas con más precaución. Nunca me pidió que les tuviera miedo.
Todavía puedo recordar una de nuestras sentadas en su choza, cuando me dijo: si ves a una mujer y sientes algo por ella, ve por ella.
Estos recuerdos me han ayudado y moldeado mi forma de pensar y cómo siento, respiro en la vida adulta.
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