Muchacho las penas que he pasado yo por culpa de andar despistado. Es un problema, porque después uno tiene que averiguar qué es lo que abre la llave, pero preguntar puede ser todavía más confuso y problemático.
¿Penas? Ese es el pan mío de cada día jajaja....
El mismísimo primero de mayo, en una cola, una señora marca detrás de mí y al verme me saluda con gran alegría. Yo, perplejo, literalmente en blanco. Ella se dio cuenta y pensó que yo estaba jugando con ella por un momento.
Luego de explicarme quién era, yo me hice el que la recordé por pura educación formal y cortesía.
¿Me crees si te digo que ayer, yo pensando así de pronto nada que ver con nada que ver, fue que vine a caer en cuentas sobre quién es ella?
Resulta que era una económica, de una empresa donde trabajé un tiempo como psicólogo organizacional, con quien yo me llevaba muy bien, siempre bromeaba con ella y aprovechaba que ella hacía café a cada rato e iba mucho a su oficina a tomar precisamente café porque sabía que soy fanático a esa bebida.
En fin, que soy cinta negra en despiste.