El océano nos recuerda su fuerza con estos mensajes de madera y sal, nos dice que somos parte de un equilibrio frágil, hermoso y salvaje a la vez. Ojalá cada tronco arrastrado sea una lección para admirar su poder, pero igualmente para respetar sus límites. Muchas gracias por capturar este diálogo entre el hombre y la naturaleza y que el universo permita que podamos escucharlo.
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