Doodling Splinterlands: Lurking Puffer red cracks [Eng-Esp]

Saludos amigos amantes de las artes manuales! Sean bienvenidos a mi taller @bricolajedc. En esta oportunidad me gustaría compartir uno de mis garabatos inspirado en una carta de Splinterlands Lurking Puffer. Acompáñenme y les muestro el paso a paso de este proceso creativo.

Para este proyecto utilizaré todos los materiales de la marca Motarro: un cuaderno de dibujo gramaje 100, marcadores permanentes de doble punta 2-3 milímetros y 0.5 milímetros, difumino.

Esta marca es realmente buena, son artículos de calidad y con un precio muy asequible en el mercado de las manualidades. No tengo idea cuan grande es la línea de productos que ofrece esta marca pero tengo de todo.

El Zentangle es una técnica que, aunque nace de la simplicidad de dibujar líneas y patrones repetitivos, tiene un potencial enorme para verse elegante, pulido y profundamente profesional. El dicho dice que la práctica hace al maestro, siento que en este mundo del Zentangle nunca dejamos de ser principiantes.

Lo curioso es que ese salto de lo básico a lo refinado no depende de herramientas costosas ni de dominar técnicas complejas; más bien, está en la forma en que utilizamos los trazos, en cómo fluimos con ellos y en la armonía que construimos entre cada línea. Hago los mismos trazos que hace todo el que pone en práctica esta técnica, con la diferencia de que hago una composición inspirada en los personajes de Splinterlands.

Cuando comenzamos en el Zentangle, es normal que los trazos se sientan un poco rígidos, inseguros o incluso apresurados. Esto me pasa a mi en cada uno de mis garabatos, el principio es un poco caótico, líneas desordenadas y trazos irregulares.

Con el tiempo, descubrimos que el verdadero secreto está en dibujar más despacio, sintiendo la línea, permitiendo que cada trazo tenga intención. Esta pausa crea una especie de conexión entre la mano y el papel. Ese simple acto de respirar y dibujar con calma hace que las líneas se vean más suaves, más seguras y, por lo tanto, más profesionales.

La armonía en los trazos surge cuando dejamos de pensar en “llenar espacios” y empezamos a entender que cada línea tiene un peso dentro de la composición. Al usar trazos más fluidos, más continuos y mejor distribuidos, el dibujo comienza a tener una presencia distinta: los patrones fluyen entre sí, las curvas se vuelven más naturales y todo el conjunto se siente más equilibrado. Un Zentangle profesional no destaca por su complejidad, sino por su armonía interna.

Otro aspecto clave para lograr un acabado profesional es la consistencia. Esto no significa que todos los patrones deban ser idénticos, sino que la intención detrás de ellos sea clara. Por ejemplo, si utilizamos líneas curvas, que todas tengan una curva similar, una energía compartida. Si trabajamos con trazos rectos, que haya una uniformidad en su dirección, inclinación o separación. Esa coherencia visual hace que la obra se sienta más controlada, como si cada parte hubiera sido pensada, incluso cuando dibujamos de manera intuitiva.

También influye mucho la presión que aplicamos al lápiz. Una presión demasiado fuerte puede hacer que la línea se vuelva tosca o cargada, mientras que una demasiado ligera puede causar que el trazo se vea inseguro. Encontrar ese punto medio, donde la línea fluye con suavidad pero con firmeza, es uno de los factores que más eleva la calidad del dibujo. Cuando logramos dominar esa presión constante, los patrones se ven más limpios y las repeticiones lucen más uniformes.

Además, los trazos armónicos permiten crear una sensación visual de movimiento dentro del Zentangle. Esta naturalidad del trazo, sin brusquedades ni cortes, aporta un ritmo que hace que el dibujo se sienta vivo. De hecho, uno puede notar cuando un artista Zentangle ha alcanzado ese nivel profesional porque su obra transmite calma, intención y fluidez.

Otra manera de hacer que el Zentangle se vea más profesional es trabajar en la transición entre patrones. Muchas veces pensamos en ellos como elementos aislados, pero cuando aprendemos a conectar suavemente un trazo con otro —por ejemplo, pasar de una serie de líneas curvas a un patrón más geométrico sin que se sienta un corte incómodo—, la composición se vuelve mucho más armoniosa. Es como si el dibujo respirara mejor.

Finalmente, la práctica constante es lo que afina la mano. Con cada dibujo, el ojo se educa, la mano se relaja y los trazos se vuelven más naturales. El Zentangle profesional no surge del perfeccionismo, sino de la repetición consciente, de dibujar disfrutando el proceso y permitiendo que la armonía aparezca por sí sola.

En esencia, un Zentangle se ve más profesional cuando cada trazo tiene intención, fluye con suavidad y se integra con los demás de forma natural. La armonía es la verdadera firma de un artista Zentangle. Y lo mejor de todo es que está al alcance de cualquiera que se permita disfrutar el trazo, uno a la vez.

Espero les guste mi trabajo. Nos vemos en una próxima oportunidad. Chao!