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Leonardo estaba harto de ver el agua sucia que salía del grifo. Cada vez que pasaba por la ducha, sentía que, en lugar de salir limpio, su piel se oscurecía por tanto barro o quién sabe qué cosa brotaba de la tubería.
En una ocasión, cuando los vecinos se reunieron, todos coincidieron en que era un problema grave y que, quizá, la solución estaba en la limpieza de los tanques de la residencia.
Reunieron los fondos y contrataron al personal que haría el trabajo. Fue un día en el que no vieron ni una gota del preciado líquido, pero eso ya no era novedad para Leonardo: vivir bajo la gobernabilidad de la desidia les había quitado el agua más de una vez, junto con otros servicios.
Los obreros anunciaron que habían terminado y los habitantes de la residencia gritaron de alegría. Abrieron las llaves y el agua salió cristalina, maravillosa. Pero la ilusión duró pocos minutos: el agua turbia volvió a hacer su aparición y las caras largas se convirtieron en las protagonistas del día.
Leonardo estaba que estallaba. Salió a caminar para despejar la mente y, en su paseo, se encontró con un pequeño establecimiento que nunca había visto, y eso que estaba a apenas cuadra y media de su casa. Lo que más le llamó la atención fue un letrero escrito a mano, con tiza, que decía:
“Lleve su jabón milagroso: el que le borrará cualquier asquerosidad de su vida.”
Leonardo pensó que quizá eso le ayudaría a sentirse limpio, al menos una vez desde que el agua turbia salía de las tuberías. Eso ya tenía más de veinte años así.
El hombre fue impulsivo: no compró uno, sino una docena. Al llegar a casa, verificó que hubiese agua y de inmediato se metió en la ducha. Tomó el jabón mágico y se lo pasó por todo el cuerpo. La fragancia le dibujó una sonrisa, y la sensación al rozar su piel era de felicidad extrema.
La alegría volvió al hombre, pero aún más cuando se dio cuenta de que cada vez que se bañaba, los recuerdos más ásperos de su mente desaparecían. Descubrió que el jabón no solo lo dejaba limpio, sino que también arrancaba la suciedad de los recuerdos no deseados de su mente. Decidió bañarse cinco veces al día mientras el agua siguiera corriendo por las tuberías.
Pero un día, al salir de la ducha, se miró en el espejo y, de pronto, se preguntó:
¿Quién es ese tipo en el reflejo?
Hasta aquí mis cinco minutos.
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24 October 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2900: soap por @daily.prompt.
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Es mi responsabilidad compartir con ustedes que, como hispanohablante, he tenido que recurrir al traductor Yandex Translate para poder llevar mi contenido original en español al idioma inglés. También, hago constar que he utilizado la herramienta de revisión gramatical Grammarly.
Caracas, 24 de octubre de 2025
English
Purification
Leonardo was tired of seeing the dirty water coming out of the tap. Every time he went through the shower, he felt that instead of coming out clean, his skin was getting darker because of the mud or who knows what was coming out of the pipe.
On one occasion, when the neighbors got together, everyone agreed that it was a serious problem and that perhaps the solution lay in cleaning the residence's tanks.
They gathered the funds and hired the staff who would do the job. It was a day when they did not see a drop of the precious liquid, but that was no longer news for Leonardo: living under the governance of laziness had taken away their water more than once, along with other services.
The workers announced that they had finished, and the inhabitants of the residence shouted with joy. They opened the faucet, and the water came out crystal clear, wonderful. But the illusion lasted a few minutes: the murky water made its appearance again, and the long faces became the protagonists of the day.
Leonardo was bursting. He went out for a walk to clear his head and, on his walk, he came across a small establishment that he had never seen, and that was just a block and a half from his house. What caught his eye the most was a handwritten sign, in chalk, that said:
"Take your miracle soap: the one that will erase any yuckiness from your life.”
Leonardo thought maybe that would help him feel clean, at least once, since the cloudy water came out of the pipes. That was already more than twenty years like that.
The man was impulsive: he bought not one, but a dozen. When he got home, he checked that there was water and immediately got into the shower. She took the magic soap and ran it all over her body. The fragrance made her smile, and the feeling when it brushed her skin was one of extreme happiness.
Joy returned to the man, but even more so when he realized that every time he took a bath, the harshest memories in his mind disappeared. He found that soap not only left him clean, but also pulled the dirt of unwanted memories out of his mind. He decided to take a bath five times a day as long as the water kept running through the pipes.
But one day, as she was getting out of the shower, she looked at herself in the mirror and suddenly wondered:
Who is that guy in the reflection?
So much for my five minutes.
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Caracas, October 24, 2025
It is my responsibility to share with you that, as a Spanish speaker, I have had to resort to the translator Yandex Translate to translate my original Spanish content into English. I also state that I have used the grammar-checking tool Grammarly.
