Hay escritores que asumen la novela casi como un juego de ajedrez, en el sentido de que los roles o clichés están asignados automáticamente desde el punto de partida. El galán, la femme fatale, el alivio cómico, la figura maternal y así sucesivamente hasta llenar la novela de figurillas de plástico como si de una vitrina de juguetería se tratase
Quizás por eso encuentro tan refrescante la propuesta que nos traes hoy. No sé si sean pocas las novelas donde los personajes tengan la oportunidad de ser seres humanos, pero sí sé que los textos de clichés y estructuras reconocibles reciben mucho más amor mediático.