Saludos, querida comunidad, gracias por mantener abiertas las puertas de su casa para mí.
El tema de esta semana me motivó enseguida porque, como dice una amiga, a menudo me pongo toga de juez y quisiera ordenar el mundo jjj.
Definitivamente estoy a favor de regulaciones y leyes sensatas, justas perofuertes en el sistema judicial de un país. Creo que eso ayudaría a garantizar la seguridad y tranquilidad de sus habitantes.
Por fuerte que sean, por ejemplo, las penas por tráfico de drogas, abuso de menores, agresión, homicidio intencionado, robo, estafa, malversación de bienes del estado u otros, jamás afectarán al ciudadano honrado, que se dedica a trabajar o invertir y producir bienes o servicios, educar a sus hijos en principios y valores positivos y procurar el bien social común.
Por el contrario, leyes fuertes desanimarían a quienes pretendan delinquir, o los mantendrían fuera de las calles donde sus decisiones y acciones dañan, a veces irremediablemente, a otros y al propio sistema; generando temor, descontento, traumas, dolor, pérdidas, y un profundo sentimiento de vulnerabilidad e injusticia.
Creo que regulaciones fuertes le dicen al pueblo "me importas, yo te cuido" y esa seguridad se revierte en un ambiente social sano donde el bien siente que puede prosperar, y el mal disminuye porque sabe que la retaliación será equivalente y más al daño ocasionado.
Es que no hay excusa en el mundo para causar tanto mal en otros. No lo hagas, emplea tu tiempo y esfuerzo en construir en lugar de dañar, y no tienes que preocuparte por cuán fuerte son las leyes.
En resumen: aléjate del mal y te irá bien. Haz el bien y yo cuidaré que no te vaya mal.
Por el contrario leyes débiles y tolerantes parecen una burla a los derechos ciudadanos. El mal prospera detrás de la impunidad y el bien sufre y mengua sin protección, sin justicia.
¿Un mundo sin reglas? ¿Que esa no es la definición de anarquía? Me parece una meta tan hermosa como riesgosa.
Cada persona es un mundo, hay tantas opiniones y puntos de vista como humanos en el planeta. Es muy ambicioso pretender que cada uno renuncie a eso.
Al final aunque se llegue a una unánime voz de consenso, alguien sugirió esa idea, es la regulación, la ley que alguien propuso y el resto aceptó.
El concepto mismo del bien y el mal ya es una regulación per se.
Incluso Dios, en su omnisciencia nos dejó mínimo dos leyes que resumían todas las demás.
Para proyectar al menos la utopía de una sociedad de futuro sin reglas, deberían llegar a un estado sublime de perfección la capacidad de amor y empatía en la humanidad.
El amor que no lastima jamás, jamás.
La empatía que dice te comprendo, me importa lo que sientes, no tienes que hacerlo solo, yo te ayudo.
No dañar y apoyarse sin condiciones, velar por los demás más que por uno mismo, esa sería una fórmula factible en un mundo ideal, o para un mundo ideal.
¿Alcanzable en esta tierra? Ustedes díganme. Están a tiempo de participar en esta interesante dinámica me encantaría leer sus opiniones.
Agradezco su visita y la paciencia al leerme. Les dejo mis buenos deseos de siempre.
Este post fue redactado sin el uso de IA. Las imágenes fueron creadas en la aplicación Luzia. Los Banners han sido diseñados en Canva