Korea is an extraordinary country, not only for what it represents today in technology, culture, and education among other aspects, but for being an example of resilience and overcoming adversity.
Koreans have an ancient proverb that says: "When whales fight, the shrimp's back gets broken." This proverb perfectly describes Korea's geographical situation: a small peninsula trapped between giants like China, Japan, and Russia. For centuries, Korea was that shrimp, suffering the consequences of conflicts it didn't start but had to endure on its own soil.
Korea's history is fascinating, but harsh, since before becoming the thriving and vibrant country we know today, it was subject to countless challenges that could well have destroyed all its possibilities of being what it is.
Korea suffered more than 900 invasions throughout history, from the Mongol invasions to the Japanese colonization that lasted 35 years, during which they attempted to eliminate Korean culture and language. Every time the "whales" fought, Korea paid the price, even though it had nothing to do with the conflict.
From being one of the poorest countries in the world in the 1960s, they became one of the most developed countries with the highest per capita income, all thanks to that capacity to overcome adversity and bet on education as their main resource. The shrimp learned that if it couldn't be big, it had to become indispensable.
But South Korea's economic strength and its society's vitality holds a very deep wound that remains open. The geopolitics of the "liberators" condemned the Korean people to an arbitrary division, plunging millions of families into forced separation. Once again, the whales decided the shrimp's destiny without consulting it.
Perhaps one day the two Koreas will reunify as happened with Germany, and those families that were separated can see each other again.
In the meantime, we can admire the determination, courage, and resilience of the Korean people, who transformed their vulnerability into strength. Today, that shrimp that for centuries was crushed between whales has become a country the world cannot ignore. That is their revenge: becoming relevant on their own merit.

Una gamba entre ballenas
Corea es un país extraordinario, no solo por lo que hoy en día representa en tecnología, cultura y educación entre otros aspectos, sino por ser un ejemplo de resiliencia y superación.
Los coreanos tienen un proverbio antiguo que dice: "Cuando las ballenas pelean, la espalda de la gamba se rompe." Este proverbio describe perfectamente la situación geográfica de Corea: una península pequeña atrapada entre gigantes como China, Japón y Rusia. Durante siglos, Corea fue esa gamba, sufriendo las consecuencias de conflictos que no inició pero que tuvo que padecer en su propio territorio.
La historia de Corea es fascinante, pero dura, ya que antes de ser el país pujante y vibrante que hoy conocemos, fue objeto de innumerables desafíos que bien podrían haber destruido todas sus posibilidades de ser lo que es.
Corea sufrió más de 900 invasiones a lo largo de la historia, desde las invasiones mongolas hasta la colonización japonesa que duró 35 años, durante los cuales intentaron eliminar la cultura y lengua coreanas. Cada vez que las "ballenas" peleaban, Corea pagaba el precio, aunque no tuviera nada que ver con el conflicto.
De ser uno de los países más pobres del mundo en los años 60, pasaron a ser uno de los países más desarrollados y con mayor ingreso per cápita, todo gracias a esa capacidad de superar las adversidades y de apostar por la educación como recurso principal. La gamba aprendió que si no podía ser grande, tenía que volverse indispensable.
Pero la pujanza económica de Corea del Sur y la vitalidad de su sociedad guarda una herida muy profunda que sigue abierta. La geopolítica de los "libertadores" condenó al pueblo coreano a una división arbitraria, que sumió a millones de familias a una separación forzosa. Una vez más, las ballenas decidieron el destino de la gamba sin consultarle.
Tal vez algún día las dos Coreas se reunifiquen como pasó con Alemania, y esas familias que fueron separadas puedan volver a verse nuevamente.
Mientras tanto, podemos admirar la determinación, coraje y resiliencia del pueblo coreano, que transformó su vulnerabilidad en fortaleza. Hoy, esa gamba que durante siglos fue aplastada entre ballenas, se ha convertido en un país que el mundo no puede ignorar. Esa es su venganza: volverse relevante por mérito propio.
I want to sponsor to my friends @gwajnberg @duvinca @myriam-clotilde in this Introduce Korea to the world Contest
Original language: Spanish (Español)
Translation service: Claude (Anthropic)
Image generation service: Meta AI

