Tienes mucha razón en lo que dices, incluso, después de escribir esta publicación quedé pensativa, sabiendo a lo que estaba renunciando, sin embargo, deseo más apoyar a mi hija. Tengo la suerte de que puedo pedir mi jubilación prematura para irme con ella, porque sé que ella aún no está lista para irse sola. Salir de un pueblo a una gran ciudad, una jovencita que casi ni sale de su casa, es muy arriesgado. Pienso que hubiera la necesidad, sin tener más opción, no me quedaría de otra, porque tampoco cortaría sus alas a su crecimiento académico, pero como puedo, lo veo lo más sensato. También he pensado que el tiempo pasa rápido y ya luego si no me gusta puedo buscar donde pasar el resto de mi vida, aunque en este momento no elegiría donde vivo, quizás con los años y la vejez, cambie de opinión.
Felicitaciones por ese casi médico, sin duda , todo un orgullo para cualquier madre.
Gracias por tu comentario.
Saludos.