¡Pon la marcha atrás!, si ves que la chica solo te busca para que le hagas favores.
¡Pon la marcha atrás!, si notas que los presuntos amigos se acercan únicamente para pedirte, pero jamás aparecen cuando eres tú el necesitado.
¡Pon la marcha atrás!, cuando esa es un carbón y tú eres hijo del sol por tus rulos amarillos.
Hay muchas razones para poner la marcha atrás, pero todas apuntan al mismo objetivo: salvarte de algo, evitar un mal rato o librarte de que te desgracien la vida para siempre.
En más de una oportunidad me he puesto a la orden de muchas personas. Soy colaborador nato, me apasiona echar una mano, ayudar, tender un puente. Siempre y cuando tenga las herramientas, lo hago sin pensarlo, y si no las tengo, busco a quien sí las tenga para así cumplir con el objetivo de apoyar al prójimo.
No es un asunto de religión, convicción ni ideología. Es algo que me nace y que, al hacerlo, me hace sentir bien.
Pero siempre están los abusadores, esos desgraciados que no se limitan en sus acciones perversas. Hay quienes, al notar que soy dado a colaborar de forma desinteresada, se amarran a mí como parásitos y caen en una constante solicitud de auxilio. A veces no me doy cuenta del juego y caigo en su trampa, pero en otras ocasiones sí lo percibo a tiempo y entonces pongo la marcha atrás con un simple y rotundo: “NO”.
Estas marramuncias de los abusadores me han llevado a tomar decisiones drásticas: eliminar mi ayuda gratuita y transformarla en un servicio que se paga. Ya basta de dejar que hagan lo que les da la gana. Sin embargo, esto trae una consecuencia amarga: la gente buena, la que de verdad merece una mano amiga, se queda sin recibir un acto de bondad mía. Es triste, pero ya lo dice el refrán: “todos pagan por ser pecadores”.
En momentos me invade la duda: ¿seré demasiado estricto?, ¿estaré metiendo a todos en la misma bolsa? Pero luego recuerdo que el lobo siempre se disfraza de oveja para acercarse a la manada, y por eso no debo ceder. Más bien, cuando identifico al malintencionado, lo enfrento con un cobro en dólares bien agresivo, para que no le queden ganas de volver.
El género que más me ha complicado ha sido el femenino. Con su dulzura me envuelven y caigo rendido ante ese encanto de sirena. También es mi culpa: siempre he sido un enamorado de ese mundo, y ya se sabe, la miel atrae moscas. No son todas, claro está, pero las hay, y yo parezco imán para esas historias.
Cuando ayudo de corazón, sin interés, me siento pleno. Es una energía poderosa que me hace crecer y me acerca a un estado de felicidad extrema. Pero lamentablemente, la gente mala contamina todo, y eso obliga a restringir mis actos de generosidad. Por culpa de unos pocos, mucha gente buena deja de recibir ayuda. Es triste, pero es la verdad.
Por eso, cuando alguien se me acerca con cara de cordero a punto de ser degollado, mi mente me grita:
¡Pon la marcha atrás!
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El contenido original fue escrito para:
10 September 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2856: put it in reverse! por @daily.prompt.
Todas las imágenes fueron editadas usando CANVA.
Es mi responsabilidad compartir con ustedes que, como hispanohablante, he tenido que recurrir al traductor Yandex Translate para poder llevar mi contenido original en español al idioma inglés. También, hago constar que he utilizado la herramienta de revisión gramatical Grammarly.
Caracas, 10 de septiembre del 2025
English
Saying No in Time
Put it in reverse!, If you see that the girl is only looking for you to do her favors.
Put it in reverse! If you notice that the alleged friends approach only to ask you, but they never appear when you are the one in need.
Put it in reverse! When that creature is a coal, and you are a child of the sun because of your yellow curlers.
There are many reasons to turn back the clock, but they all point to the same goal: to save yourself from something, avoid a bad time, or get rid of having your life made miserable forever.
On more than one occasion, I have placed myself at the command of many people. I am a born collaborator, I am passionate about lending a hand, helping, and building a bridge. As long as I have the tools, I do it without thinking about it, and if I don't have them, I look for someone who does to fulfill the goal of supporting others.
It is not a matter of religion, conviction, or ideology. It is something that is born to me and that, by doing so, makes me feel good.
But there are always the abusers, those wretches who do not limit themselves in their perverse actions. There are those who, when they notice that I am given to collaborating selflessly, become attached to me like parasites and fall into a constant request for help. Sometimes I don't notice the game and fall into its trap, but at other times I do notice it in time, and then I put the gear back with a simple and resounding: “NO”.
These complaints from the abusers have led me to make drastic decisions: to eliminate my free help and transform it into a service that is paid for. Enough of letting them do as they please. However, this brings a bitter consequence: good people, those who really deserve a helping hand, are left without receiving an act of kindness from me. It's sad, but the saying goes: "Everyone pays to be a sinner."
Sometimes I have doubts: will I be too strict? Will I put everyone in the same bag? But then I remember that the wolf always disguises himself as a sheep to get closer to the flock, and that's why I must not give in. Rather, when I identify the malicious person, I confront them by aggressively charging them for my services so that they don't feel like coming back.
The gender that has complicated me the most has been the female one. With their sweetness, they envelop me, and I fall, surrendered to that mermaid charm. It's also my fault: I've always been in love with that world, and you know, honey attracts flies. There are not all of them, of course, but there are, and I seem to be a magnet for those stories.
When I help from the heart, without interest, I feel full. It is a powerful energy that makes me grow and brings me closer to a state of extreme happiness. But unfortunately, bad people pollute everything, and that forces me to restrict my acts of generosity. Because of a few, many good people stop getting help. It's sad, but it's the truth.
That's why, when someone comes up to me with a lamb face about to have its throat slit, my mind screams at me:
Put it in reverse!
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10 September 2025, @mariannewest's Freewrite Writing Prompt Day 2856: put it in reverse! by @daily.prompt.
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Caracas, September 10, 2025
It is my responsibility to share with you that, as a Spanish speaker, I have had to resort to the translator Yandex Translate to translate my original Spanish content into English. I also state that I have used the grammar-checking tool Grammarly.
